La inocuidad de los alimentos es la garantía de que no causarán daños al comensal cuando se preparen o consuman y es una prioridad de la Organización Mundial de la Salud, ya que las enfermedades transmitidas por los alimentos (ETA) causan muchos problemas. Así que, debería ser también prioridad a la hora de saber cómo administrar un restaurante.
Los alimentos pueden contaminarse en cualquier momento, desde su producción hasta que llegan a la mesa, en todo el proceso de gestión de un restaurante es algo que puede ocurrir. Por lo tanto, la inocuidad es la garantía de que el consumo de un alimento no cause ninguna enfermedad o daño a los consumidores.
Debe considerarse como una prioridad, ya que el hecho de que un alimento sea inocuo es uno de los requisitos que los clientes dan por un hecho y esto nos da mayor responsabilidad sobre los procesos. La inocuidad no es negociable y es de vital importancia en la gestión de un restaurante.
Los comensales confían en que la inocuidad esté presente en todo tipo de preparación y que sea manufacturado de la forma correcta, por eso tenemos la responsabilidad de cumplir con esas expectativas.
Los alimentos tienen la capacidad de transmitir más de 200 enfermedades y la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que una de cada diez personas se enferman cada año por el consumo de alimentos contaminados.
La contaminación puede ocurrir en cualquier momento, durante la producción, en el procesamiento, transporte y almacenamiento.
Por eso, es tan importante el asegurarnos que las preparaciones se hagan de la forma correcta, con el grado de inocuidad necesario en todo momento ya que la inocuidad. Además, es un gran negocio, si un comensal se siente seguro y confía en la higiene de un establecimiento, es un comensal que volverá siempre.